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miércoles, 31 de diciembre de 2014

El inicio

Al terminar de leer este pequeño inicio (es un primer capítulo alternativo) te invito a que pases a dejar un pequeño comentario cómo te pareció, cuál es tu opinión o una simple sugerencia. Lo que quieras siempre y cuando comentes de lo que piensas realmente de esta página. Agradeceré si es que aparece tu comentario. Y bien no sigo alargando ésto.  Hay que empezar esta historia. 




Comenzamos


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Inicio





Hace 60 años…

En navidad un regalo recibió Eugenia por parte de su amado padre.
Desprendió el papel del regalo y era un hermoso diario que tenía en sus manos. Tamaño como el de un libro de texto, algo pesado por la cantidad de hojas que contenía y difícil de hallarlo.
Era porque las portadas de los diarios de aquél entonces no comúnmente eran de piel con un café bastante real al color del tronco de un árbol.
Alegre no pudo dejar de agradecerle a su padre del regalo por medio de cartas que mandaba a cada semana, ya que siempre anheló tener algo en donde expresara sus sentimientos, pensamientos y recuerdos mientras las palabras hacían el toque de revivir momentos de lo que pasara en su vida.  Sean malos o buenos.
Era un último día de diciembre del año 1954, cuando Eugenia abrió el diario y empezó a llenar las hojas de cada detalle de lo que pasará y quedará aquí, en su nuevo y querido diario.
31/12/1954 
Mi nombre es Eugenia Le Brun Arias y soy de México pero a mis 6 años fui llevada a Francia por motivos de trabajo de mis padres y mejores estudios para mí.
Mis padres me ingresaron al internado más sobresaliente de París, que está constituida por la educación formal donde las materias tradicionales enseñan, y principalmente los idiomas más hablados en el mundo. Por eso también es reconocida por ser la única escuela de idiomas que existe en el país.
Aparte de idiomas hay talleres donde el alumno ingresado puede elegir el que quiera siempre y cuando elija uno. Y en tanto a la conducta, ningún niño podía retenerse con la disciplina. 

Pues dentro del internado los profesores exigían a cada momento comportarnos como personas ya civilizadas.

Conocí muy buenos profesores. Muchos de ellos eran políglotas y excelentes enseñando su materia, sin embargo eran estrictos y poco tolerantes. Pero también igual de inolvidables, se ganaron al menos mi respeto por ser los mejores guías de mi vida. Ya que deberían ser mis padres, sin embargo es imposible porque ellos nunca estuvieron la mayor parte del tiempo conmigo como lo hicieron los profesores.

Hice amistad con Françoise y Orlando.
Llevo conociéndolos desde hace más de cinco años y me la he pasado muy bien junto a ellos en el internado.

Aunque de ninguna manera se compara la amistad tan grande y afectuosa que tengo con Janeth, mi mejor amiga de la infancia y hasta ahora... sigue siéndolo.

La conozco desde que tengo memoria. Su forma de ser tan arriesgada y segura hace que aprenda de ella en algunas cosas que yo no supero tan fácilmente. 

Alcanzamos lograr la confianza tanto la mía como la de ella y conocimos la lealtad dentro de una amistad que casi no hay.
Admiro a Janeth y le tengo cariño. Es por eso que a pesar de que nos enojemos de vez en cuando y rara vez llegamos a las peores ofensas, ella siempre tendrá mi amistad. Las cosas malas que luego pasamos se nos olvidan después.

Todo lo que se escribirá en este diario será leído por alguien que no sepa... o sí lo conozca pero a lo mejor nunca me entere de quién... no sé por qué digo esas cosas.
Emocionada y triste a la vez mis cosas las terminaba de empacar. Estaba en el dormitorio no. 10 en el tercer piso del edificio "F"
Fue ahí donde compartí cama durante seis años con mi gran compañera Françoise.

Qué compañera, también fui una hermana para ella.

Después de seis años de convivencia nos volvimos unas amigas muy íntimas.

_ Como te echaré de menos Françoise _ dije a punto de llorar.
_Oh... Yo también te echaré mucho de menos Arias. _ expresó de igual manera desolada y triste.

Françoise siempre me llamó por mi otro apellido "Arias"
Porque decía que era un apellido encantador y fácil de pronunciar.
Yo también en ocasiones le llamaba por su apellido "Hardy" pero normalmente le decía por su nombre.

_Bueno dejemos de comportarnos como unas niñas pequeñas_ se rió levemente, secando sus dos lágrimas que salían.
_ Ojalá Janeth estuviera aquí contigo Françoise. La verdad no quiero dejarte sola en este dormitorio donde las tres compartimos secretos, risas, lágrimas, pláticas, comida, y... muy deliciosa_dije por último recordando la comida con una sonrisa.

Françoise se echó a reír.

_Vaya comida que nos traía Orlando desde la cocina de su mamá._ Comentó ella.
_ Sí, la comida de la Sra. Breman siempre fue muy deliciosa. _ Afirmé sonriendo.
A mí y a Françoise nos agradó estar en los tiempos de diversión y travesuras con Orlando, quien era el que se comportaba mejor que los otros niños de su edad.

...Y no olvidemos a mi mejor amiga Janeth, también estuvo por un largo tiempo explorando y jugando con nosotros.

_ Apestoso pero noble. Fiel y de confianza. _ Suspiró Françoise al recodar a nuestro amigo Orlando.

_Ya no lo veo ni a su mamá. La última vez fue en la Navidad que pasó pero de ahí no he sabido nada de ellos __ Dije con un gran vacío.  _ ¿Por qué no nos avisó?_ Pregunté desanimada.

_ No lo sé Arias. Al menos Janeth si lo hizo. Sólo que nunca nos escribió.
_ Han pasado varios meses que se fue Janeth de este internado, como la extraño. _ dije con un hilo de voz.

_ Yo igual._ Me abrazó por la espalda.
_ Nunca hubiera sido de la idea de irme a visitar a Guanajuato con Janeth durante las vacaciones y los días libres cuando el internado lo cerraban.

Los alumnos salían con sus familias mientras mis padres y la mamá de Janeth suponían que pasábamos los días en casa de mis abuelos paternos. 

Es de suerte que aceptara después de todo el papá de Janeth, a recogernos afuera del internado para tomar un vuelo y llevarnos a Guanajuato unos días. Pasar a quedarnos allá por la antigua casa donde vivía Janeth cuando sus padres aún no se divorciaban.

Mi padrino nunca tuvo problema en cuidar de nosotras a pesar de que le generáramos mucho gasto y mucha responsabilidad.
Nunca olvidaré los divertidos días como solían ser, todo gracias a mi padrino que nos consentía a las dos. _ Miré a Françoise y parecía ella contenta por los recuerdos que le contaba.

Después me dirigí a la ventana del dormitorio.

_ En parte me siento bien porque Janeth pudo ver a su padre y dado que él, mi padrino, es muy cariñoso y buen hombre, le regalara una guitarra a Janeth de cumpleaños. Por otra parte me siento culpable. Su mamá empezó sospechar más y más hasta que se dio cuenta de que vivía engañada al igual que mis padres de que nos quedábamos en casa de mis abuelos paternos. Vivían todos ellos en una absoluta farsa. _ sentí más culpa que nada y cerré mis ojos para no soltar más lágrimas.

_ No te sientas culpable Arias, sin ti yo no hubiera sabido que existía el hermoso lugar de donde es Janeth y tu mamá. Tampoco nunca me hubieras compartido los momentos de diversión y aventuras que pasaste a lado de Janeth.
También gracias a ti, Janeth volvió a ver a su querido padre que ya no lo veía por la lejana distancia que mantuvo su mamá con él.  Apuesto que Janeth está más agradecida por lo que hiciste, recuerda que hasta ella misma te dijo "Sin ti, esta hermosa guitarra no estuviera en mis brazos" _ escuchar sobre lo que dijo mi amiga me hizo sentirme un poco mejor.

_ Quisiera quedarme contigo pero también extraño a mis padres y quiero vivir con ellos. ¡Volver a ver a mi madre después de tanto tiempo es todo lo que deseo ahora! _ expresé finalmente.  En serio la quería ya ver, abrazarla y decirle cuánto añoré por ella.
Aunque me apenaba mucho de abandonar a mi pequeña amiga "Hardy"

Su mirada la tenía perdida a través de la ventana del dormitorio.

_ Mira Arias, _ gira para abrazarme _ por mí no te preocupes. Tú convive con tus buenos papás. Debes disfrutarlos a lo máximo. Ellos te aman mucho. _ musitó y yo le correspondí con el abrazo _ En cambio mis papás, no. Sólo buscan deshacerse de mí _ estaba a punto de echarse a llorar en mi hombro _ Pues ahora me quieren mandar a La Bruyère._ cuando la escuché decir eso abrí más los ojos y me estremecí.

_ ¡¿Cómo?! _ me aparté de ella un tanto asombrada.
La Bruyère es un internado religioso. Es la opción más terrible donde tus padres te decidieran meter, pues muchos que han estado ahí lo han considerado un internado infernal, con varios castigos traumáticos e imborrables para aquéllos quienes son rebeldes.

_ ¡Tus padres están locos porque tú no perteneces estar ahí! ¡Muchos que han escapado de La Bruyère es porque no soportan la tortura que hay! __ dije alterando mi voz.

_ ¡Lo sé! Pero ese es mi destino ahora _ Sollozó Françoise.
Por medio de muchas lágrimas se cubrió su cara con las dos manos y lloró aún más fuerte. La consolé con un fuerte abrazo y acaricié su claro cabello castaño, como solía acariciarlo todas las noches para que ella durmiera tranquila y relajada.

_ ¿Y si te pasas el año nuevo conmigo y mis padres? Así podrías escapar de tus padres_ Busqué una solución.

Françoise se apartó de mí y desanimada aun así se rio.

_ Qué cosas dices. Tus padres nunca querrán invitarme a despedir del año viejo y festejar el año nuevo. _ se talló los ojos.
_ Claro que van a querer. A ellos les caes muy bien. No me importa si tus padres se enojen. Yo quiero que te la pases bien conmigo el año nuevo y vivamos la libertad que siempre soñamos. _ dije.

_ ¡Y a mí no me va importar lo que trates de hacer, mocosa! _ Una voz muy molesta se hizo presente en el dormitorio.
Vi con sorpresa a la pesadilla de mi amiga. En la puerta que abría con un azoto a la pálida pared maltratada del dormitorio se encontraba la mujer que me despreciaba.

Entró al dormitorio y luego jaló del brazo a Françoise con un fuerte pellizco que dejaría marcada esa parte de su piel.

_ Mamá suéltame, me lastimas.
_ Ya no te quedarás más aquí y menos con esta inmadura niña que tienes como amiga._ La señora me miró con desagrado de pies a cabeza, siempre le había caído mal porque me metía en los problemas de Françoise, y no porque fuera yo chismosa. Simplemente porque ella me preocupaba.

_ Le diré a tu padre que recoja tus cosas por ti. Te quedarás en una escuela que sabrás realmente como educan a las mujeres de poca disciplina._ Enojada se dirigió a la puerta llevándola con esfuerzos para que se saliera del dormitorio.

_ No mamá, ya déjame. Me lastimas de a verdad._ Françoise se quejaba y se retorcía del fuerte pellizco que le hacía su estricta madre.

_ ¡Camina!

Traté de impedírselo y sujetando el brazo de la señora para que dejara a Françoise, con súplicas lloré delante de ella para que no se la llevara.
_ Suéltame ya mocosa. _ Bruscamente quiso deshacerse de mis manos que sujetaba su brazo.

_ Al menos déjame decirle un adiós de mi parte._ Fue lo último que escuché de Françoise porque al poco después fui empujada por su madre al suelo, recibiendo un fuerte golpe en la parte de atrás de la cabeza.

Quedé inconsciente en el suelo.

Desperté después de varias horas en una cama matrimonial cómoda.
Reconocí que estaba en la habitación de mis abuelos paternos. Desde abajo oí una gruesa voz que hablaba desesperado y angustiado.

No sabía si era la de mi padre, pues la voz de él no era gruesa sólo cuando lloraba o se encontraba grave.
Me asomé y quise bajar las escaleras pero de una manera mi mente me decía:

"Espera"

Y eso me detuvo.

_ Es que ella no puede estar desaparecida, ella ya se dirigía con nosotros para la cena de esta noche con el pavo y con la sorpresa para mi hija. ¡¿Cómo es que diablos no encuentran el cuerpo!? ¡No puedo recibir el año nuevo así, oficial!_ Gritaba mi padre Larry desconsolado y a la vez muy alterado.

Al oír "cuerpo" quiere tratarse los restos de una persona sin vida o el cadáver de alguien. Eso me asustó un poco.
Oí a mi papá Larry colgando el teléfono decepcionado y entonces bajé rápido por las escaleras.
Vi a mi padre abrazar tan fuerte a mi abuela (la madre de Larry) con absoluto desconsuelo hasta que ellos notaron verme despierta.

_ ¿¡Cuál cuerpo!?_ Exclamé nerviosa.
_ Ven pequeña. _ Se acercaba Larry lloroso y muy triste hacia mí pero yo me alejaba asustada.

Nunca había visto a mi padre tan triste.

_ ¡Contéstame papá de quién hablaban!_ Papá quiso tocar mi brazo pero yo se lo aparté.

Ya que él no me respondió me dirigí a mi abuela que también la encontré triste, con muchas lágrimas en sus ojos y con un pañuelo usándolo.

_ Por favor dime abuela. Escuché que es de una mujer. ¿Alguien querido encontraron en alguna parte?_ Ella le costó trabajo asentir.
Los veía tan tristes y no entendía aún bien.
Me hice una pequeña hipótesis.

Si el cadáver es de una mujer y de un ser muy querido entonces lo primero que pienso y me costaría creer era quien más no me espero.

¿Acaso era de mi madre de quien se trataba?

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Chicas perdón me prometí a mí misma subir capítulo hoy último día del año 2014.

Antes que nada les deseo un feliz año nuevo 2015 a todas ustedes. 

SALUD, AMOR, DINERO.

Que todos sus deseos se les haga realidad.
Eso sí depende de ustedes.  ;)

Cenen mucho. Diviértanse con toda su familia.

Saludos.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Los tuyos, los míos y se oyó muy sacado de la pélicula. Pero no se me ocurría otro título u_u


Nuestros Padres:


Padres de Eugenia


María Eugenia Arias Guzmán:




Dick York como Larry Le Brun:

                                                                  



    Padres de Janeth

Jessica Chastain como Kate: 



John Goodman como Don Gabriel Palacios (Don Gabo)









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Bueno aquí está lo que me  pediste mi querida Silvia. Y no te decepciones Jan, busqué a los padres más SEXYS :))))) Espero que les agraden. Y como verán mi mamá es Sexy luciendo ese vestido de novia y es la verdadera. TE AMO MÁ. Gracias por compartirme la foto.
Y perdón sobre piratear el título de la película "Los tuyos, los míos y los nuestros" Pero Amo esa película. Además porque sale mi amor Drake BELL <3

FELIZ FIN DE SEMANA CHICAS ;)

  

viernes, 12 de diciembre de 2014

Prólogo






Prólogo


El primer domingo de Agosto del año mil novecientos cuarenta y cuatro, una madre dio luz a una dulce y grande bebé a quien le pondría Eugenia por el noble nacimiento de aquélla mañana del lunes.


La bebé nació en uno de los hospitales más sobresalientes del sur de la ciudad de México. En la sala de maternidad del piso 10, donde estaba la orgullosa madre María Arias y el presente padre Larry  Le Brun, apreciando a través de los ventanales uno de esos amaneceres que casi no pudieron ver en Londres ni en Paris (Lugares en donde tienen sus negocios con grandes empresas de moda).


El simpático papá de Eugenia, Larry Le Brun, es un gran hombre francés de sencillez pura, creativo y con grandes ideas abiertas.

Larry soñaba ser como su padre, un gran artista apasionado de pintar a hermosas mujeres de cuerpos perfectos y deseados por aquéllos hombres que iban a la guerra.

Demostraba la calidad de su trabajo en Paris, como ilustrador del arte “pin-up”. Daba mucho de qué hablar de sus bellas ilustraciones que se conocían en toda Francia, hasta que a la edad de sus 21 años le ofrecieron trabajo en Nueva York, para la famosa revista “Woman´s Home Companion”.       

Sin embargo poco después fue mandado a México a retratar a las más bellas mozas que eran seleccionadas para el concurso de belleza de toda Latinoamérica.


En aquél año de 1938, la organización del evento de belleza se llevó acabo en uno de los puertos más atractivos y hermosos de México (Acapulco). En donde participaron de varios países latinoamericanos, mujeres dedicadas a la belleza y modelaje.

Ahí Larry conoció a quien sería su futura esposa, y a la que quedó en segundo lugar del concurso de belleza.

Larry recuerda que al verla él quedó impactado por la belleza de la participante del segundo lugar quien era María Arias.

No sólo era lo físico que lo atraía a Larry de esa mujer del bikini amarillo y otras prendas donde lucía atractiva, sino también quedó perdidamente enamorado por su personalidad tan dulce de la muchachita de 18 años.

Larry inmediatamente quiso conocerla más y más, y hacerle una serie de ilustraciones en donde posaba sólo para él en playas y en su estudio que tenía en Nueva York, para la misma revista en que trabajaba.
La joven aceptó y firmó un contrato con él. En unos meses después María logró entrar en “Woman´s Home Companion” como modelo de pasarela.
La señorita María Arias quedó encantada sobre su nuevo trabajo en una compañía reconocida en toda América, su fama y su salario aumentaban todo gracias a Larry quien hizo lo posible por ayudar a la joven mexicana, que por cierto, Larry era mayor que ella por sólo 3 años.
Al convivir y conociéndose por varios años en el trabajo, por fin María se había enamorado profundamente de Larry. Por su sencillez y caballerosidad con que trataba a las mujeres (especialmente con María). Y decidieron casarse en mil novecientos cuarenta y tres para que en un año después tuvieran a su primera y única hija “Eugenia”
Después María ya no siguió con su carrera de modelaje y se dedicó a estudiar la carrera de diseño de modas en la universidad de Londres pero a causa de la segunda guerra mundial no era muy seguro estar por Europa.
Entonces María y Larry se trasladaron junto con su hija a Guanajuato, lugar natal de María, quien esperaba encontrarse junto con su demás familia.
 Eran felices en Guanajuato ya que México no tenía mucha participación en la guerra como la mayor parte de Europa y Asia.
 María se dedicaba a su bebé mientras Larry se metió a trabajar en servir bebidas, en un viejo bar donde los dueños eran sus suegros. Ahí conoció a un gran hombre quien siempre en las noches lo ayudaba en la barra de bebidas.
 De ser compañero de Larry en la cantina en que trabajaban pasó a ser su gran amigo de Guanajuato, apodado por sus conocidos y amigos como “Don Gabo”.
 Un hombre afortunado de tener a una hermosa esposa de Liverpool (Inglaterra) llamada Kate y una hija de la misma edad que Eugenia.
 La hija se llama Janeth, que tiene el gran parecido de su padre en la forma de ser. De fuerte carácter: segura, desafiante, atrevida y aventurera. También en sus defectos coincidían cuando rezonga o se pone agresiva, si le provocan su gran ira.
 Sacaba algunos parecidos de su mamá como ser inquieta y fiestera, de físico sólo sacó la rubia cabellera y los claros ojos color miel.
Tanto como los papás de Eugenia como los papás de Janeth se convirtieron en grandes compadres ya sea de bautizo o presentación. Y se reunían de vez en cuando las dos familias para hacer picnics, salir de vacaciones o recorrer el hermoso pueblo de Don Gabo. El pueblo “San Miguel Allende”
Los Le Brun Arias vivían tranquilamente en una casa rentada por el padre de María. Y los Palacios Charles (apellidos de Janeth) vivían en San Miguel Allende en una casa comprada por Don Gabo.
 Cuando la guerra había acabado y Eugenia había cumplido su 6° aniversario, María se encontraba en casa de su mamá para comunicarle que le esperaban muchas oportunidades y sorpresas en su nueva carrera, como diseñadora de modas en Paris.
Entonces María para no abandonar a su adorada hija la interna a su temprana edad a la escuela de idiomas más sobresaliente de Paris. Donde incluye talleres y las materias básicas de aprendizaje. Mientras María estaba en Paris firmando junto con su amado marido Larry, un nuevo contrato con el dueño de una de las empresas más importantes de la moda. La empresa “Vogue”.
 Aparte, la pareja matrimoniada tenía que estar en la mañana en el aeropuerto de México a más tardar a las 7:30 am. Tanto a María como a Larry les esperaba  un pesado trabajo en Paris, pero todo lo hacían por el bien de la familia, según los padres de Eugenia.
 Mientras a los Le Brun Arias les iba “bien”, a los Palacios Charles no.
 Cada vez tenían más discusiones fuertes entre ellos, más peleas verbales y más desintegración familiar. Desde que los Le Brun Arias se fueron a Paris, ellos han tenido varios problemas económicos y sentimentales.
 Obstáculos que pasan en la vida por decir así.
 La pobre niña Janeth de tan sólo siete años veía a sus padres como se separaban y se gritaban uno al otro, como su mamá que se salía de la casa y volvía hasta dos días después, mientras don Gabo sospechaba que su mujer le era infiel (cosa que nunca pasó) se iba a beber en las cantinas del centro de Guanajuato dejando sola a Janeth en casa.
 Aquél amor que se tenían los dos desaparecía poco a poco. Decidieron finalmente separarse y divorciarse por el bien de los dos y por el bien de Janeth, a quien no le hacían para nada un bien.
La mamá de Janeth (Kate) no quería que su hija se quedará con el borracho de su padre, como lo consideraba. Pero tampoco se tomó la molestia de rehacer su vida y empezar de nuevo, aunque… sin su hija.
 Kate quería estar por un tiempo sola. Salirse un poco de sus cosas y responsabilidades. Ella nunca quiso ser madre soltera, ella soñaba tener una familia feliz y unida. Lo consiguió pero nunca pensó que su nueva vida se le iba a terminar tan pronto para ella.
 Al decirle su marido algunas verdades de sus errores que comete Kate, la lastimaron mucho pero nadie más se lo iba a decir a excepción de su esposo, que fue el único hombre que la conoció perfectamente y quien la quiso mucho.
 Kate se tomó la libertad de reflexionar y superar lo que quedó atrás, es por eso que se fue a su natal Liverpool por una corta temporada.
 Pero antes, pensando en el futuro de su hija Janeth, Kate trató de comunicarse con su comadre querida María, para que le diera los datos del mismo internado donde se encontraba Eugenia.
 Logró localizar a María y ésta le dio los datos de la escuela. Le preguntó María las razones. Kate contestó que quería unas cortas vacaciones para poder organizar su nueva vida y olvidarse un poco sobre lo que pasó con su marido. Le contó y María la apoyó.
Kate viajó a París junto con Janeth para inscribirla al internado de idiomas, sólo que quedó a deber algunas colegiaturas que le faltaban por pagar, pero aún si las libró todo gracias por el apoyo de sus compadres. Kate planeaba regresar en los próximos seis meses nuevamente a París.
Mientras tanto…
Los diseños de María en las prendas de vestir, sobre todo para mujeres, destacaron mucho para la revista “Vogue” que hasta se convirtió en jefa de departamento de diseños y ganaba muy buen sueldo cada semana. A María le iba mejor que a Larry.
Él siempre la apoyo en sus proyectos y estaba contento de ver que María alcanzaba sus metas dentro de la empresa en la que laboraban, y la seguía animando.
Como en cualquier lugar del mundo, Larry y María encontraran enemigos que les pongan obstáculos.
Alguien que los atacará con el hecho de quitarles su primer lugar, alguien que tiene tanta envidia hacia una persona importante, sobre todo a una mujer que le va muy bien y destaca mucho con su trabajo.
Ese alguien es un hombre rencoroso y amargado que guarda un gran odio a Larry, ya que siempre estuvo ahí presente para serle la vida imposible y quien de hecho fue su rival, pues, desgraciadamente ese hombre de tal nombre Arthur quería a la misma mujer de que Larry se enamoró.
Larry ganó la batalla pero él no se quedaría con los brazos cruzados. Hará todo lo posible para destruir esa bonita pareja y ya no es tanto porque quiera a María, sino porque quiere rebatar esa felicidad que nunca él tuvo en su vida.



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¡HOLA!

Janeth y Silvia (Las únicas :3) Primeramente gracias por seguir este blog, sé que el prólogo les pareció ABURRRRIIIIIIIIDOOOOOOO. 

Pero no se desanimen poco a poco chicas, y si algo esta mal por favor critíquenme :p

Siiilvis :D gracias por apoyarme desde un principio, para decirme mis verdades y supervisar las jaladas que escribo.   Janeth <3 gracias por apoyarme y seguirme el juego XD, hice lo que pude para que coincidiera tu vida con esta especial historia, dedicadas para ustedes y las beatlemanas que se integren poco a poco, si es que la leyeran.  

Por favor, si me equivoqué en ortografía en redacción o de plano el argumento esta del ASCO háganmelo notar.
GRACIAS y besos hijitas_ ok..soné muy abuela_ pero cuídense. Bye  n_n  



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