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sábado, 2 de mayo de 2015

XII


Episodio 12

 

Narra Paul:

 

 Mientras llegaba al cuarto con luz dónde Eugenia se encontraba, pensaba para qué ando buscándola, debiendo estar con Janeth. Ella es mi novia, se supone que los novios se cuentan todo. Yo mismo ni sé por qué a Eugenia la visitaba tan seguido, lo más seguro es que lo hacía por compromiso. Yo no me quisiera enamorar de ella, no es de mi tipo y comparada con las demás chicas que conozco, Eugenia no es bonita.

Lo que una vez me dijeron mis papás, es que ella me gustaba lo cual era completamente falso. Quién de verdad me gusta mucho y quiero que siga conmigo es Janeth,  ella sí que está muy bonita. Yo sería el envidiado de todos los chicos de mi edad y Janeth sería la envidiada de todas las niñas de su edad. A Eugenia apenas la conozco y no sentiré nada por ella mientras mi corazón lo tenga Janeth. Más bien sin darme cuenta hace que de una manera pueda contar con Eugenia.

 

Leía muy concentrada su libro, tan tranquilamente en su silla de ruedas.

Me daba gusto verla leyendo pero aparte lo que me daba más gusto era su gozo por los chocolates que yo le obsequié, aunque ella piensa que fue su papá.

 

Entré a la habitación. Ella se desconcertó y sorprendida mi nombre gritó.

 

_ Shhh, nadie debe sospechar que vine a verte. _ le musité cerrando delicadamente la puerta. 

_ ¿Pero qué haces aquí tan noche? Ya no es hora de visitas.  _ bajó la voz.

_ Estoy muy preocupado Eugenia. No encuentro a mi hermano y yo necesitaba decírtelo porque de una manera quiero desahogarlo. _ salió una lágrima de mis ojos, la angustia era la causa. Suavemente ella me acarició mi mejilla.

 

_ Paul, lo sé. Tu mamá me vino a visitar hace como unas tres horas, a ella también la vi muy mal.

_ ¿Mi madre?

_ Sí Paul, al igual que ella yo tenía miedo de que a ti o a tu hermano les pasara algo, pero ahora que por lo menos veo que tú estás bien, llamaré al teléfono que tu madre me dio.

_ No Eugenia, no lo hagas. No quiero que sepan que tú me viste, cuando aún yo no he encontrado a mi hermano. Por favor.

_ Paul, no sabes cómo se sienten en este momento tus papás. Necesitan saber que al menos tú estás bien.

_ No Eugenia, hasta que nos vean a los dos otra vez.

 

Ella me miró y suspiró.

_ Está bien Paul. ¿Quieres un chocolate?

_ Veo que te agradó el detalle que te di.

_ ¿Cómo? _ Ella no lo comprendió al principio.

_ Estos chocolates me los regaló mi papá. _ decía.

_ No, en verdad yo fui, sólo que a tu papá no le caigo muy bien y me los quitó para que él te los entregara a ti. _ le aclaré

_ ¿Pero por qué no le caerás bien?

_ No lo sé, eso no importa.

_ Pero Paul si fue así muchas gracias. Eres un chico bueno aunque mi padre no lo crea así. Para mí si lo eres. _ La sonrisa de Eugenia la encontré como el mejor ánimo de liberar mi preocupación.

 

 

 

Narra George:

 

Se había metido a ese cuarto a buscarla. Yo era lento para perseguirlo porque tenía que empujar el atril porta suero que me habían puesto las enfermeras.

 

Cuando llegué a la puerta coloqué cautelosamente el oído izquierdo para confirmar si en verdad eran sus voces.

 

_ Estoy muy segura que ahí lo encontraras. Tu hermano es lo suficientemente inteligente y de seguro se fue al departamento de policía.

_ Iré, será mi única esperanza. _ escuchaba detrás de la puerta al chico.

 

<<Su voz se me hace conocida. ¿Paul? No, no lo creo ¿Qué tendría que estar haciendo aquí?>>

 

_ Gracias por permitirme estar aquí, Eugenia.

 

<<Aaaaa. Entonces su nombre es Euuu-genia. Que nombre tan raro tiene la odiosita>>

 

_  No me lo agradezcas, yo también estoy muy feliz de verte otra vez ¿quieres otro chocolate? Sólo quedan dos.

 

<<A él si le convida sus chocolates ¿y a mí? Es una envidiosa y el chico es muy idiota para que sea tan amable con la odiosa>>

 

_ Oye Eugenia, recuerdo que la caja contenía diez chocolates. ¿Los demás te los acabaste?

_ No, cómo crees _ escuché que ella rió _ sólo cuatro chocolates pude rescatar de la caja porque un tarado niño que conocí desgraciadamente, me tiró la caja por el hecho de sólo molestarme.

_ ¿Y quién será el fastidioso que conociste?

_ Uno como de tu edad más o menos, pero con la cara de mono _ los dos empezaron a reírse, yo me empecé a enfadar.

_ Parece todo un esqueleto.

_ Sí es así, mejor un palo de escoba ¿o no? _ Se burló ahora el chico.

 

Esto me hirió un poco, las burlas tarde o temprano iban a regresar, de una manera me agredían.

Tenía que hacerme respetar porque se burlaron a mis espaldas, así que sujeté la manija a punto de entrar pero la enfermera me vio.

 

_ ¡Señor Harrison!, otra vez usted. Ya deje en paz a la chica. _ Muy estricta cogió el atril de porta suero _ Venga para acá.

_ Enfermera espere, antes que me regañé y me vuelva a la cama le tengo que decir algo que no concuerda a las reglas de este hospital.

_ Qué me tiene que decir.

 

¿Lo digo, o lo callo?

 

Narra Eugenia:

 

Asomé la cabeza. Era la enfermera con ese latoso niño que no tiene nada que hacer aquí. ¿No que le molestaba mucho la luz? Por eso me fui a otro lugar.  Lo bueno que no entró porque si viera a Paul tal vez se lo dijera a mi padre y él ya no volvería a visitarme.

 

_ Escóndete. _ le avisé, ya que la enfermera la vi regresar del pasillo.

 

Paul se metió debajo de la cama.

 

_ No Paul, ahí te van a ver. Mejor… _ veía a todos lados hasta que se me ocurrió que detrás de ésas cortinas azules para pacientes podía ocultarse _ ¡AHÍ! _ señalé.

 

Paul se ocultó inmediatamente en las cortinas que estaban al rincón de la habitación. La puerta se abrió.

_ Hola Srta. Eugenia. ¿Todo bien?

_ Sí _ respondí brusca.

_ ¿No se le ofrece algo? _ preguntó la enfermera.

_ No gracias. Lo que quiero ya es dormirme _ dije ya para que se fuera pero no se marchaba. Empezó a buscar con la mirada, seguramente algo sospechó, por lo tonta que fui en ponerme nerviosa.

 

_  ¿Hoy cuántas visitas recibió Srta. Eugenia?  _ se agachaba debajo de la cama       ¡¿Pero qué demonios quiere encontrar?!

_ Sólo la de mi padre y de la señora que preguntó por mí.

 

La enfermera de colorido cabello mandarina se acercaba a las cortinas, no tenía que permitir que descubrieran a Paul.

Sus dedos tocaron las cortinas a punto de deslizarlas. Vi un florero con tulipanes de color morado sobre el buró y me atreví a tirarlo al propósito.
 
 

Los pocos vidrios quebradizos fueron capaces de un ingrávido rasguño en mi muñeca.

 

Dejó las cortinas en paz y vino a mí.

_ ¡AY SANTO CIELO! ¿No se dañó? _ Revisó mi muñeca.

_ Sólo fue un cortadita no se espanté, lo que si se dañó fue el florero. Por accidente pasé sobre él y cayó. _ Mentí en parte.

_ Iré por una escoba y un recogedor. Por si le sangra esa cortada iré por alcohol y parches. _ abrió la puerta.

 

La enfermera se había ido y Paul salió de su escondite.

_ Eugenia, te juro que si me hubiera visto tendría aún más problemas de los que ya tengo.

_ Pues ya vete, antes de que sea más tarde. Tu hermano seguramente ha de estar asustado si no lo encuentras.

 

A él se le ocurrió salirse por el ventanal de la habitación individual.

_ ¿Seguro que quieres salir por ahí?

_ No hay otra salida, además soy bueno bajando árboles. No te preocupes _ dijo firme.

_ Sólo ten cuidado Paul. Espero que encuentres a tu hermano y mañana me cuentes de lo que pasó.

_ Seguro Eugenia. Duerme tú tranquila. _ abrió la ventana. Una fría brisa recorrió por nuestros cuerpos pero finalmente la soportamos.

 

Para despedirse Paul me sonrió y me agradeció nuevamente con un abrazo.

_ Promete que no le vas a decir nada a tu papá que fui a visitarte. Tú ya sabes porque lo hice y más porque sé que podemos empezar a ser buenos amigos.

_ Lo prometo _ le susurré.

_ Y de no hablar a mi casa hasta que yo vuelva aparecerme por aquí.

_ Lo prometo.

 

Soltamos nuestros brazos poco a poco. Se salió de la habitación cuidadosamente por el ventanal y me dijo adiós. 

 

Él era risueño. Sus pestañas han de ser el adorno de sus bellos ojos. Ojalá que nunca pueda enamorarme de él. Sólo ojalá.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Continuará...

 
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A todos mis socias que me siguen les informo que por causas de fuerza mayor se suspenderán los capítulos por los meses mayo y junio por lo tanto sigo con ustedes el próximo verano (Julio 2015) con capítulos que les hará estremecer su corazón así que no se lo pueden perder.
 
Hasta luego  ;)
 

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