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miércoles, 20 de enero de 2016

XX

Episodio 20

Narra John:

Me encontraba en “Strawberry Filds” respirando el aire puro de los árboles. El penetrante sonido de la campana de la parroquia había retumbado en mis oídos. Algo molesto me sentí y me levanté a sacudir el pasto que se encontraba en toda mi ropa. Me sujeté del manubrio de mi bicicleta y salí hacia la avenida. Pasé por la antigua primaria Dovedale Road” donde solía ir junto con otros niños de mi misma clase. Veía mujeres esperar por sus hijos y alguno que otro papá esperándolos afuera de la primaria. Algo que mi padre nunca pudo hacer tan siquiera. Y aparte de nunca volver.
Crucé una calle llegando al puesto de la esquina y vi el periódico su destacada noticia:

MUERE JAMES DEAN como resultado en un accidente de coche EN california.
Pasé casi un minuto contemplando el encabezado de la noticia. Luego pasé a leer los comentarios acerca de su tragedia y una que otra frase referente a ello.
 _ James Dean. El último rebelde. _ suspiró tristemente una muchacha que no había visto desde hace un mes y nunca pude olvidarme de sus vivos ojos cafés. Tenía en sus manos el periódico doblado. El vendedor del puesto no le quitaba la vista de encima, pues cómo no, a todo el mundo llama la atención con esa larga cabellera rubia. Ella sintió varias miradas por lo cual se volteó y me miró a mí.  Abrí y cerré varias veces mis ojos, me estaba emocionando de ver a la diva Brigitte Bardot pero en versión quinceañera. Me sonrió con brusquedad, y luego dio media vuelta y se marchó.
_ ¡Espera! ¿A dónde vas? _ La detuve.
_ Voy a comer  a mi casa John. _ volteó a verme.
_ Hey, no has olvidado mi nombre. _ sonreí.
_ No lo he podido olvidar, ya sabes, se pueden olvidar de tantas cosas menos de las que crees que son importantes. _ sonrió. Sus labios tenían la textura de una “M” grande.
_ Seguro hasta los más ancianos les presumes tu sonrisa que tienes.
_ Obvio, no me pierdo de nada _ bromeó.
_ Jajaja no quiero saber qué quisiste decir con eso pero te invito a mi casa otra vez.
_ Más bien la de tu tía.
_ Como sea ¿sí vienes? _ me dijo que no. _ Es sólo un rato, la pasaremos bien.
_ John sé que es viernes y se te hace fácil invitarme a comer y hacer otras cosas porque mañana no hay clases, pero más vale hacer las tareas y deberes que dejarlo después para el fin de semana.
_ Entonces te veo mañana sábado. ¿Qué dices? ¿Te parece bien si te recojo en tu casa a la 1:00 de la tarde? _ Janeth soltó unas risas.
_ John, si ni si quiera sabes en dónde vivo.
_ Pero lo sabré muy pronto _ repuse.
_ ¿Muy pronto?, ¿Que, irás a seguirme? Ay John jajajaja.
_ No es mala idea. _ toqué mi barbilla.
_ Ok John, ya hablando en serio, te veo en tu casa a la 1:00. ¿Correcto?
_ Está bien Janeth. A la 1:00.
_ Adiós. Y quita esa babosa sonrisa, ¿no puedes dejar por un momento de ser tan gracioso? _ continuaba riéndose.
_ Mañana nos vemos Janeth _ ella tomó su rumbo y yo el mío.

“La voy a ver mañana otra vez, debería de encontrármela más seguido”

Narra Janeth:

Cuando llegué a casa mi mamá terminaba de poner la mesa.
_ Se ha muerto el niño dorado de Hollywood, James Dean. _ Mamá se llevó una mano a la altura de su boca.
_ ¡Dios mío tan joven y guapo que era ese hombre! Cómo es que lo dices.
_ Lo vi en el periódico esta tarde después de que saliera de clase. Su última filmación fue “Rebelde sin causa” ni siquiera se ha estrenado. De seguro siguen retirando pedazos de su cuerpo.  _ Me eché a llorar en el sofá.
_Linda, no seas exagerada. _ se sentó junto a mí y acarició mi pelo.
_ No lo soy. _ me hice a un lado _ Tú ni si quiera tienes idea de lo importante que fue ese gran actor en la pantalla grande.
_ ¿Pero qué dices? James Dean, ese pobre y sencillo muchacho que hacía cine y era tan guapo, ha pasado a mejor vida cariño. _ volvió a tocar mi pelo sentándose más cerca de mí casi a punto de abrazarme.
_ Mamá por favor, apártate. Esto ya es muy dramático _ me levanté retirando sus brazos _ iré hacer la tarea. Bajo después a comer. _ cogí el portafolio y así fue como pude zafarme de mi mamá, tan empalagosa como siempre.
_ Janeth querida, ¿por qué tan odiosa te comportas con tu madre? Intentaba sólo darte un poco de consuelo y cariño. _ me detuve al escuchar esa última palabra. Estaba a punto de subirme las escaleras.
_ Mamá ¿acabas de decir cariño? _ me giré hacia ella _ Desde cuándo me has tenido cariño. Es más, cuándo me has tenido amor.
_ Desde que te cargué por primera vez en mis brazos. No entiendo por qué has cambiado tanto después de que salieras del internado. _ Mamá se acercó a las escaleras para no dejarme pasar.
_ Mamá supe la verdad _ ella me vio desconcertada _ supe por qué me habías abandonado por seis años en ese internado. Te querías deshacer de mí por un largo tiempo, olvidarte de que tienes una hija y yo, apenas olvidándome de que tengo una madre y aparte que es muy irresponsable. Querías la familia perfecta ¿no? pero tú misma la destruiste separándome de mi papá. Nunca sabrás cuánto me dolió de que se divorciaran y no siguieran juntos, y tampoco sabrás cuánto me hicieron falta ustedes dos estos seis años que han pasado. Ahora, no hay nada qué hacer más que odiarte a ti cada vez más por los errores que has cometido.
_ Janeth, por qué me estás diciendo esas cosas. _ Sus ojos se cristalizaron. _ ¿Por qué te las digo? Porque son verdades mamá, verdades que a ti te lastiman.
_ Pero siempre te di amor y estoy cuidando de ti.
_ Ese amor que tratas de pintarme nunca se vio desde la perspectiva en que me dejaste botada con Eugenia. Pero date cuenta, la mamá de Eugenia no lo hizo por largarse a otro lado como tú lo hiciste, sino por el pesado trabajo que ella tenía con mi padrino Larry.
_ Janeth por qué me dices esas cosas feas. ¡Perdón si es que es lo que quieres oír de mí! Qué hago para que vuelvas hacer la misma de antes, la niña tierna, risueña, gentil y siempre amable con la gente. _ fue hacia mí para tratar de abrazarme. _ Sobre tu padre fue su culpa. Él fue el primero quien tiró la piedra. Tú lo sabes. Pero si aún piensas que la culpa es mía quiero pedirte perdón. _ en eso tocaron la puerta.
_ No necesito de tu perdón y el de mi padre tampoco. Así que basta, deja de hacer el papel de la sufrida y enfócate a abrir la puerta que de seguro tu petulante comprometido es quien la golpea. _  Mamá inmediatamente se limpió sus lágrimas _ Está bien, te dejo que subas pero sólo recuerda Janeth, no quiero que pase esto otra vez porque me hiciste sentir muy mal.
_ Sí, como quieras _ subí las escaleras haciéndola creer que me había encerrado en mi cuarto pero me esperé sólo para ver su cambio repentino de actuar.
_ ¡Hola cielo!
_ ¡Buenas tardes, pasa amor, pasa! _ dejó que pasara.
_ ¡Kate mi amor, cómo estás! _ plantó un beso en sus labios. _ ¿Y Janeth? La quiero saludar. _ se quitó el saco.
_ Se ha subido a su cuarto. _ mamá agachó la mirada mientras cogía el saco y lo colgaba en el porchete, aún sus ojos se podían notar llorosos.
_ Amor, ¿te pasa algo? _ alzó su barbilla.
_ No nada, sólo que… por qué no pasas a la sala. Has de estar muy cansado _ desataba el nudo de su corbata color vino.
_ Amor, ¿discutiste de nuevo con Janeth? _ mamá desvió la mirada y sonrió para seguir ocultando lo que le pasaba. Al parecer sí estaba triste por lo que le dije. 
_ Kate, amor dime _ buscaba su mirada.
_ Sí Mike, pero no fue una discusión. No la regañé como otras veces pero me alzó la voz y me dijo un montón de cosas que me hicieron sentir mal.
_ Hablaré con ella ¿sí amor? _ ella asintió. Mike tocó su rostro y después le dio otro beso en los labios.
_ ¡Ay! ¡Lo que me faltaba! Este tipo qué va hablar conmigo. _ refunfuñé muy bajito.
Me subí a mi habitación dejando la puerta abierta y cogí un comic de la canasta. Me senté en la cama y luego subí mis piernas, elevando un poco la falda de mi uniforme porque sentía un poco de calor. Me acomodé el cabello y apoyé finalmente mi brazo para sostener mi cabeza. Abrí el comic y lo empecé a hojear.
_ Toc-toc ¿se puede? _ apareció Mike en el marco de la puerta.

“¡Joder, este hombre es atractivo, pero no lo quiero como padrastro!”

 Lo miré algo seria pero después con mi pie le aventé la puerta que alcanzó azotarse muy fuerte.
_ Vamos Janeth, abre la puerta _ se estaba riendo levemente. Se ha acostumbrado a que uno le aviente la puerta en su cara y todo gracias a mí, por las veces que le hecho eso.
_ ¿Vas abrir? Quiero hablar contigo. _ abrí la puerta.
_ Bien, dime qué es lo que quieres hablar conmigo. Si es de mi mamá, está bien, es problema mío y de ella. Así que tú no tienes que estar metiéndote en lo que a ti no te debe de importar. Tienes un hijo ¿no? Preocúpate mejor por él y a nosotras déjanos en paz.
_ Janeth, él ya se puede cuidar de sí mismo. Además él no me necesita en este momento.
_ Tiene 17 años tu hijo, claro que te sigue necesitando Mike. Y ya vete a complacer a mi madre, que es otra que te necesita pero no abajo en el comedor sino en tu cama.
_ ¡Cómo te atreves a decir eso de tu madre, Janeth! _ alzó la voz.
_ No estoy de humor y me desagradas mucho para ella. Nunca te aceptaré como un padre y tampoco creas que como amigo, porque no lo eres. _ cerré la puerta. Lo escuché suspirar y esperé a que bajara. Me asomé por las escaleras para escuchar qué es lo que le diría a mi mamá.
_ ¿Qué pasó cielo? ¿Lograste hablar con ella?
_ No Kate, tienes una hija complicada. De lo que me has contado de ella parece ser una mentira. Tu hija es muy impulsiva y ella no sabe el grado de daño que puede causar con sus groserías.
_ Perdónala. Se siente incomprensiva, frustrada y triste.
_ Kate, te diré lo que pasa. Tu hija siente mucho rencor por ti y por su padre. Porque no supieron cuidar de ella cuando sólo era una niña. Aunque me hayas contado mucho de su tal amiga Eugenia, ella se sintió sola y abandonada. Y es por eso su tan rebelde comportamiento en la escuela y sus negativas acciones que hace con sus amigos. ¿Te has dado cuenta que tiene más chicos como amigos que con chicas?
_ Sí, luego se comporta muy ruda conmigo y con mis visitas. Te juro Mike que ella no era así.
_ Tal vez vuelva ser la misma de antes o tal vez no. Pero lo que puedo asegúrate es que ella muy pronto se tendrá que ir de la casa y si tú no tienes esa comunicación y convivencia ahora mismo, sea con su novio o con quién se decida casarse, se alejará más pronto de ti y se desquitara dejándote sola y olvidada como tú lo hiciste con ella. _ mamá soltó el llanto. _ Tienes razón Mike, trataré de hablar con ella. _ Mike la abrazó.




Narra John:

La hoja del calendario marcaba el último día de septiembre. Faltaban diez días para cumplir los quince.
 _ ¿Vendrá mamá el día de mi cumpleaños Mimí?
_ ¿En qué cae? _ preguntó distraídamente.
_ En lunes.
_ Entonces no lo sé.
_ El año pasado vino y fue domingo. La última vez dijo que pasaría uno o dos meses con nosotros a final de año. Octubre es casi final de año. Podría...
_ ¿Llegaste a tiempo a la escuela? _ preguntó cambiándome de conversación.
_ Sí.  _ mentí. No había ido hoy a la escuela. Toda la mañana me la pasé con Shotton en el puerto.
Escuchamos hervir la sopa y Mimí fue a la cocina inmediatamente.
Yo la seguí.
 _ Llegaste a conocer a mi abuelo Jack, ¿no? _ Los ojos de Mimí se abrieron como platos.
_ ¡No! _ dijo asustada _ Murió hace muchos años.
_ Papá pudo haberte enseñado alguna fotografía.
_ John _ su rostro reflejaba extrañeza. _ Tu abuelo Jack murió cuando tu padre tenía cinco años, y él fue a parar al orfanato. ¿Cómo iba a tener una fotografía suya? Además, eso fue hacia mil novecientos diecisiete, en la Primera Guerra Mundial. ¿A qué viene todo esto? _  Me sorprendí de lo que había dicho.
_ No, por nada. Se me vino eso en la mente. _ Mimí tomó la olla. Esperó a que yo le abriese la puerta y salió rápidamente de la cocina.
Después nos sentamos a la mesa y fijé la mirada en la sopa de mi plato. Esperé a que Mimí hiciera lo mismo y antes de que ella empezara la oración, le pregunté: _ ¿Sabías que James Dean perdió a su madre a los nueve años, y su padre lo dejó con unos tíos porque él no podía cuidarlo?

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¡Hola socios!
Este capítulo me inspiré, mejor dicho me basé más que nada en el libro de Jordi Sierra I Fabra ¿Adivinarán cuál? comenten si lo saben :)  A ese libro le debo el crédito jajaja. 

Ok, ojalá hayan disfrutado el capítulo 20  y lamento que sólo haya escrito eso pero es lo que quería que leyeran porque John y Janeth, ambas historias son interesantes y tienen algo similar o ¿ustedes qué piensan? No prometo nada pero los próximos capítulos trataré de hacerlos más largos. 

¡Hasta pronto!




viernes, 1 de enero de 2016

XIX

Episodio 19:
_ Puedes estar más tranquila. Ha sido castigada Lucy Winslet _ sonrió la directora.
Me quedé más satisfecha después de haberla acusado junto con Janeth y haber hablado honestamente con la directora, sobre los verdaderos hechos que ocurrieron. 
Antes de abrir la puerta Janeth le hizo una pregunta a la directora. Quería saber cuál fue el castigo que merecía Lucy, a lo que la directora le contestó que después de clases ella se quedará tres horas más, limpiando los sanitarios que estén verdaderamente sucios.Al salirnos de la dirección se acercaron a nosotras Karla y Andrea, preguntándonos si habíamos conseguido el castigo para Lucy. _ Sí, espero que aprenda la lección. _ dije.
 El descanso acabó hace dos minutos por lo cual Janeth fue la primera en irse a su salón, avisando que tenía clase de química.
Nosotras tres nos subimos a nuestra aula también.
 Cuando entramos, aún no llegaba la maestra y vi hasta adelante de los asientos, a Lucy y a sus amigas de espaldas. Mientras caminaba hacia mi asiento todas ellas incluyendo a Lucy, me lanzaban unas frías y malévolas miradas.
Me cambié de lugar para no estar cerca de ellas y mejor donde pudiera estar cerca de mis dos nuevas amigas. Karla y Andrea.
Una nueva profesora había llegado, era quien nos iba dar la asignatura de lengua extranjera.
La maestra en lugar de llamarnos por nuestro apellido como lo hacía el profesor de literatura, o mocosas como la gruñona profesora de matemáticas, ésta nos llamaba mujercitas, como la novela de Jane Austen.
Antes de que la maestra comenzara a introducir un poco de su asignatura leyó un pequeño papel que sostenía en su mano.
_ ¿Quién es la señorita Lucy Winslet? _ Lucy alzó la mano desde luego _ Te solicitan en la dirección. _ dijo la maestra.
Lucy se levantó y a propósito quiso pasar por mi lugar para patear lo más discreto pero brutalmente mi portafolio, que se encontraba abierto en el suelo por lo que unos cuadernos se tiraron a un lado de mi pupitre. No le dije nada con tal de no escandalizar en la clase pero tampoco me sentí molesta. Fue como si nada había pasado, metí mis cuadernos de vuelta al portafolio y lo cerré para después escuchar la presentación de la maestra.

En la hora de la salida antes de despedirme de Andrea y Karla les pregunté si iban a ir por ellas.
_ No Eugenia, nosotras esperaremos el autobús. _ respondió Andrea.
Íbamos bajando las escaleras hasta llegar a la puerta. A mi papá lo encontré con toda la gente que esperaba afuera del instituto. No pensé que iría por mí.
Alcé el brazo para que me viera.
_ Supongo que ese señor es tu padre y viene por ti. _ dijo Karla.
 _ Sí. Tengo que irme. Las veo mañana _ me despedí de ellas.
_ Hasta luego Eugenia.
Karla y Andrea se marcharon.
Me fui con mi padre y él me ayudó con mi portafolio.
_ Me imaginé verte en la casa.
_ Hija, es que tengo mi hora de comer y aproveché en pasarte a recorger. Tenía la preocupación de dejarte sola aún cuando no conoces bien esta zona.
_ Gracias papá, de hecho estaba un poco desorientada. No sabía si tomar el autubús que a lo mejor no me dejaba cerca de Arnold Grove.
_ Tendrías que caminar un kilómetro pero bueno, me quedan cuarenta minutos más de mi comida.
_ ¡Que bien! sobra tiempo ¿y qué vamos a comer hoy papá? _ mi padre se quedó callado.
Él me estaba viendo muy preocupado, seguro no hay nada para hacer y suficiente dinero para comprarnos algo de comer en la calle.
Vimos pasar a mi madrina Kate y mi padre la llamó para saludarla.
_ ¡Hola Larry! Cuánto tiempo sin vernos. ¿Cómo has estado? _ se acercó para abrazarlo. Mi madrina Kate siempre estimó mucho a mi padre.
_ Bien, gracias.
_ ¿Y cómo está mi ahijada? _ me besó en la mejilla. De igual manera la abracé porque me dio mucho gusto de volverla a ver.
_ Bien madrina, te extrañé mucho. ¿Y Janeth?
_ Está allá, haciendo cola para comprarse una nieve, ve con ella. _ me señaló a un carrito de nieves donde había gente formada.
Janeth me vio y me hizo señas de que si que quería una nieve.
_ No gracias _ me acerqué a donde estaba formada _ ¿Y Dot?
_ Se fue, la quería invitar hoy a comer pero no la vi. ¿Quieres ir tú a comer en mi casa? Mi mamá preparó pasta.
_ Sí, me encantaría. _ me entusiasmé.
_ Pues entonces dile a tu papá, también lo quiero invitar. Anda aquí te espero.
Volví con mi padre aunque no le dije nada, porque él ya había sido invitado por mi madrina.
  
Narra Karla:
Había una fila no tan larga de muchas chicas del instituto en la parada de autobuses. Yo veía a Andrea que buscaba a alguien.
_ ¿A quién buscas?
_ A Isabel.
_ ¿Quién es Isabel? _ arqueé una ceja.
_ Mi prima, y no podré ir a casa si mis tíos no me ven con ella.
_ ¿Y eso por qué?
_ Porque como una regla es que siempre  debemos de llegar juntas, queramos o no. _ seguía asomando la cabeza para haber si la hallaba.
_ Te ayudaría pero no la conozco _ en eso vi a Paul _ oye, ahora vengo. Voy a saludar a un amigo mientras llega el autobús ¿ok?
_ Sí Karla, aquí te aparto el lugar.
Me dirigí a donde estaba Paul. Estaba recargado en un poste queriendo captar la atención de alguien, por sus ademanes que intentó hacer con esos ojos color gacel. No sé, se me hace muy simpático el chico.

“Karla, ¿te estás fijando mucho en él?, no. Qué me pasa, es simpático y sólo eso”


Me acerqué a decirle hola,
_K-Karla. ¿Cómo estás? Hola.
_ Bien y ¿tú?
_ Bien _ no me miraba a los ojos, lo notaba nervioso.
_ ¿Cómo te fue en tu primer día de clases? _ le pregunté pero Paul no me respondía
_ ¿Paul? _ él estaba viendo a alguien pasar.
_ Aguarda, ahora te contesto _ seguía sin dirigirme la mirada y entonces se alejó un poco para poder alcanzar a una chica que iba en grupo con otras.
_ ¡Isabel! _ le habló, ésta se detuvo a mirarlo de pies a cabeza.
Creo que ésta es la prima de Andrea.
_ H-hola…
_ ¿Hola? ¿Qué quieres?
_ T-t-te quiero invi-t-tar… _ se puso muy nervioso sin embargo tomó aire para retomar la frase _ te quiero invitar a salir este sábado en la tarde. _ Isabel se echó a reír.
_ ¿Tú? ¿Invitarme a salir? Ni que fueras Rock Hudson. _ reía. _ Ay no vengas a decirme esto, que en serio me haces reír con esta tontería. Yo nunca podré salir con alguien como tú, no eres de mi tipo, por favor. _ siguió su camino con sus demás amigas.
_ ¡Isabel! _ oí la voz de Andrea.
_ ¿Ahora quién me llama?
_ Yo _ le tocó el brazo para que la viera._ qué bueno que te veo, el autobús se está aproximando.
_ Ni pienses que me voy a ir contigo. _ se apartó de Andrea _ Yo me iré con mis amigas.
_ Pero mi tía…
_ Aaaaay Andrea, usa la cabeza y le inventas algo a mi madre. Vete.
 Andrea se la quedó viendo cómo su prima se iba con sus amigas.
_ Andy, vámonos tú y yo. _ me acerqué a ella.
 _ Me voy con ustedes. _ dijo Paul corriendo detrás de nosotras.
Éramos los últimos en subir por lo que sólo un asiento de dos quedó hasta adelante.
_ Siéntense ustedes _ Paul se ofreció.
_ Gracias _ dijo Andrea débilmente. La notaba triste.
_ ¿Te sientes mal por cómo fue de grosera tu prima?
_ Un poco, a veces no comprendo por qué siempre se ha comportado así, desde que éramos unas niñas ella siempre me hace sentir mal y se molesta todo el tiempo conmigo.
_ ¿Eres su prima? _ intervino Paul. Andrea asintió.
_ Ah bueno, tu prima es muy bonita. _ comentó Paul pero Andrea no dijo nada. Se incomodó.
_ Paul, contigo también fue una desgraciada. _ me molesté.
_ Sí, lo fue. Pero eso no implica a que deje de ser bonita. _ Paul estaba embobado.
_ Paul, hay más bonitas que esa chica. No hace falta que te mencione a una porque aquí veo a alguien _ miré a Andrea con una traviesa sonrisa. Ésta no alzó el rostro pero se pudo notar mucho su sonrojo. Paul se hizo el que no escuchó nada y sólo atrás miró para no apenarse como yo quería verlo. Esto se me hizo un poco divertido y ojalá hayan entendido los dos la dicha indirecta.
 Narra Eugenia:

El trayecto hacia la casa de Janeth fue un poco largo y pesado. Estaba por las afueras de la ciudad, y tuvimos que subir a la colina para llegar.
Kate y Larry iban adelante de nosotras platicando, mientras yo iba atrás de Janeth pidiéndole que no fuera tan rápido.
_ Vamos mujer, apresúrate. _ palmeó sus manos.
_ Voy, deja te alcanzo _ tuve que correr un poco para llegar a su lado.
_ Es cansado el camino hacia mi casa ¿verdad?
_ Sí Jan, no pensé que tu casa se encontrara en una colina y vaya que está retirado del instituto, nos hicimos creo que veinte minutos. _ dije agitada porque me estaba fatigando de subir a pie.
_ Sí, aunque sea cansado de llegar acá, es tranquilo el lugar. No hay gente que pase a molestar, sin muchas casas vecinas, sin avenidas y carros que circulen. Qué genial ¿no crees? _ asentí.
Cuando atravesamos su entrada Janeth dejó la reja abierta.


_ ¿Que no la vas a cerrar?
_ No hace falta, nadie entra. Ven, por aquí es. _ La seguí.
Aún no veía su casa. Seguro ha de estar escondida.
_ El terreno que tienen es muy grande. _ me asombré al ver tanto árbol y espacio libre para correr.
_ Y eso que no has visto la casa. _ dijo.
_ ¡Mira! ¡Hasta un comedor para jardín tienes! ¡Y un columpio familiar! _ señalé.
_ Pues son los que mi madre se trajo de "Guanajuato", ¿Que ya no te acuerdas que ahí jugábamos a la fiesta de té y poníamos a todos nuestros peluches en las sillas? _ negué la cabeza.
_ O que nos mecíamos en esa cosa vieja cuando sólo éramos unas morrillas _ me señaló el columpio.
_ ¿Morrillas?
_ Bueno niñas, es que la palabra morrilla fue lo único que se me quedó del español mexicano _ se echó a reír.
_ N-no, no me acuerdo Jan.
_ Cómo no te vas acordar si esa fue nuestra infancia antes que nos metieran al internado.
_ Perdón, por el momento no me acuerdo.
_ ¿Entonces qué recuerdas de tu infancia eh? _ dejamos de caminar. Yo me puse nerviosa al sentir a Janeth como si estuviera molesta.
_ Pues, pues que luego visitábamos México y convivía mucho con mis padres en las vacaciones largas. De ti, de nuestras travesuras y todas las maldades que hicimos tanto afuera de nuestras casas como adentro del internado. De Françoise, Orlando, las fiestas en Guanajuato, las navidades en París, las maña…
_ Está bien _ no me dejó que terminara _ vi que te acuerdas de todo menos de esto, que considero el más bonito recuerdo y especial que me llevé de ti durante nuestra infancia. Y tú me sales con que no te acuerdas. _ bufó.
_ Pero no te enojes Janeth. _ le supliqué.
_  Ja, sino me enojo Eugenia. _ volvía a reírse _ Tal vez tienes diferentes recuerdos a los míos _ me jaló para abrazarme del hombro y seguir caminando _ y seguro que hasta esos recuerdos no se me grabaron del todo. Jajaja. Ven, llegamos a la casa.

Al verla me enamoré. Es la casa más linda que he visto en mi vida. Con seis ventanas, de dos pisos, las paredes pintadas de un rosa suave y acompañado también de un blanco en las partes indicadas de la casa.



_ Sólo deja que barra por las escaleras para quitar el montón de las hojas secas y se pueda ver más limpio el patio, ah y oye, no te burles porque sé que vas a pensar que parece casa de muñecas pero mi mamá la compró y así la quiso.
_ Pues mi madrina no se equivoca a la hora de escoger. Tienes una casa muy bonita.
_ Gracias, a mí no me gusta. Yo quisiera tener una hacienda con el techo de ladrillo rojo, así muy colonial, con la carilla luciendo en el jardín, los portales alrededor, con los caballos y con toda la cosa. Pero ay _ suspiró _ tendría que ir a mis tierras. Sólo en México se hallan.
_ Yo no conozco las haciendas.
_ ¿Ni los ranchos? _ me quedé callada. No sabía que eran los ranchos.
_ Ay Eugenia, ya te hace falta darte un viaje a México. Vayamos, mi padrino y mi mamá deben de estar adentro.
La casa de Janeth era muy bonita por dentro, sus paredes tapizadas de un verde azulado y sus acoplados muebles lucían muy bien.
Al pasarnos a la sala vimos a mi papá y a mi madrina muy entretenidos en la conversación tomando el té.
_ ¿A dónde van? _ Kate se levantó del sillón.
_ Vamos arriba. _ respondió Janeth.
_ No, mejor váyanse a sentar a la mesa y les sirvo de comer. _ dejó su taza de té en la mesita de centro.
_ Kate, ¿a mí me dejas pasar a tu baño?
_ Claro Larry, ya sabes dónde está. _ mi padre se levantó.
_ No pensé que mi padre sabía el camino hacia el baño. _ dije.
 _ Es que tu papá una vez fue aquí con nosotras a tomar el té. Era cuando estabas en el hospital, por cierto, cómo sigues de tu pie ahijada.
_ Mucho mejor madrina, gracias.
_ Me alegro _ acarició mi mejilla _ por favor ve a sentarte a la mesa.
_ Sí, antes iré a lavarme las manos.
Después de lavarme las manos hallé en la cocina a Janeth junto con su mamá. Las dos tenían un delantal. Mi madrina estaba cortando un perejil mientras Janeth se ocupaba de poner el aderezo a la ensalada.
_ ¿En qué te puedo ayudar? _ le musité a Janeth.
_ En sentarte a la mesa y no estorbarme, con permiso. _ sacó unos limones del refrigerador.
_ Muy bien entonces me iré a sentar, el que mucho ayuda el que no estorba _ salí de la cocina. 
A la hora en que me senté a la gran mesa cuadrada de cristal junto a mi padre, le platiqué todo lo que me sucedió en mi primer día de clases. Pero noté que no me estaba poniendo ni la más mínima atención. Estaba muy pero muy abstraído.
_ Papá _ toqué su mano _ Papá, ¿me estás escuchando? _ Él me miró.
_ Disculpame hija, no te escuché. _ se puso una mano en su rostro, se notaba también cansado. 
_ ¿Qué pasa papi? ¿Por qué tan pensativo?
_ Estaba pensando en tu madre, de la conversación que la vez pasada tuvimos tú y yo, y... he tenido muchos recuerdos de, de ella. _ se echó un largo  y devastado suspiro en que... ¿hasta dónde pudo llegar?
_ Me hiciste pensar que realmente yo no reconocí el cuerpo de tu madre. Debo encargarme ahora de investigar todos los sucesos ocurridos sobre aquélla fecha en que ella despareció. No me dejará tranquilo si no te digo lo que me empieza a derrumbar la cabeza. Pero es que tengo una gran sospecha. _ dijo tomando mis manos.
_ Dime qué, papá _ las estreché.
 _ Eugenia. A tu madre... puede que la haya dejado embarazada.


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¡Socios! ¡Qué tal!

A todos les agradezco de corazón por leer y seguir esta página, gracias por esos comentarios que a mí me entusiasma verlos. Le doy la bienvenida al 2016 y a la última socia del 2015 que se unió a este sitio... ¡Katita!

Les deseo que la paz llegue a sus vidas, el amor les triunfe y la felicidad refleje en sus caras. De todo corazón les quiero desear todo lo bueno que se merecen.

 ¡Feliz año nuevo!


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