...

...

martes, 17 de noviembre de 2015

XVIII (Primera parte)

Episodio 18:

Primera parte 1 / 2

Diraio de Eugenia:

31/08/1955

Miércoles por la mañana me levanté de la cama. Esta vez no pasé tanto frío en mi habitación.

Cuando bajé al comedor a mi papá lo encontré con sus prisas de alcanzar el autobús de las 8:20. Bebió rápidamente su té. Me dijo que me veía por la tarde, porque en su trabajo le permiten salir a comer.

Yo me quedé como siempre sola en casa. Las casas vecinas se encontraban deshabitadas.

La calle Arnold Grove era tranquila por las mañanas, no se encontraban niños jugando en los charcos, ni la sombra de una persona.

Me aburría demasiado estar encerrada. Quería salir y conocer la ciudad, pero mi papá bien claro me dijo que me portara bien y no le abriera a nadie la puerta.

Me puse acomodar algunas cosas de mi recámara que no terminé de hacerlas desde ese día en que me caí de la bici.

Por la tarde fui al mercado para comprar algunas cosas que mi papá me había mandado para hacer la comida, pero habia un problema. No sabia cocinar. Sin embargo tuve que comprar lo que me había encargado, arroz, pescado y verduras.

Sé hacer todas las tareas domésticas, todas menos cocinar. Era un desastre que yo cocinara, siempre se me quemaban las cosas y luego no sabía cortar verduras, no sabía ni si quiera prepararme un huevo. No tenía a nadie quien me enseñara.

Cuando llegó mi papá él percibió un olor bastante fuerte que no se soportaba.

_ ¿Por qué huele así la casa Eugenia? _ preguntó algo molesto dirigiéndose a donde provenía ese olor y entonces lo descubrió en la alacena.
_ ¿Por qué guardaste ésto aquí? _ estaba realmente molesto conmigo.

Yo me sentí mal.


_ Papá, en verdad lo siento mucho pero no me regañes _ le dije con un nudo en la garganta  _ Yo intentaba guisarte un pescado, pero no sabía como quitarle sus escamas ya que era demasiado grande y no cabía en el sartén, luego que el pescado no quedó como yo quería lo dejé en la alacena, aún estaba crudo. Pero perdóname papá, en serio _ me solté a llorar _ de verdad quise también hacerte tu arroz pero quedó seco y sin ningún sabor, soy un asco papá. Soy un asco.

Mi papá se acercó a mí y me abrazó.

_ Ay corazón, tranquila. Pero el pescado no se deja en la alacena, se deja en el refrigerador o sino por eso se apesta. No pasa nada, tranquila.

 Mi papá puso el pescado en el refrigerador, y me dijo:

_ Es más te invito a comer, pero ya no llores, cuando regresemos vuelvo a guisar el arroz y el pescado, y te voy a enseñar cómo hacerlo. Es muy importante que aprendas porque cuando te cases, debes saber cocinar bien. ¿Sabes? al marido se le gana por el estómago, entonces si tú guisas rico él estará siempre contento contigo. _ me acariciaba las mejillas _ Ahora que entres a clases quizás te enseñen a cocinar, creo que hay ese taller, al instituto que vas a ir, y si no pues yo te enseño. 

Me dio un beso en la mejilla.
_ Pero papá _ volví a verlo a los ojos _  gastarías tu sueldo y viendo la situación en la que estamos, eso no es lo más conveniente.
_ No te preocupes, con el adelanto de mi sueldo que me dieron en mi trabajo, con eso te voy a invitar.
_ Si es lo que tú quieres, está bien. _ acepté no muy convencida.
_ Coge tu suéter que el frío de afuera no se quita. _ obedecí y fui por mi suéter.
Yo y mi papá salimos y entramos al restaurante más cercano, y nos sentamos en una mesa.
Una mesera se acercó a nosotros. Cuando vio a mi padre no dejaba de coquetearle con la mirada, y entonces mi padre lo notó y se puso nervioso.
_ Buenas tardes ¿Ordenaran algo de la carta o pedirán el menú de hoy?
_ Yo q-quiero el menú que ti-tienen escrito en el pizarrón de su entrada ¿y tú hija? _ nervioso me pidió que le respondiera de inmediato.
_  Jajajaaja yo igual señorita.
_ En un momento se los traigo. _ nos quitó amablemente las cartas de la mesa.
La mesera nuevamente regresó con nuestros platos de sopas y antes de irse, a mi padre le regaló un último coqueto con sus carnosos labios pintados de rojo. Yo sólo disimulaba no ver.




Pero después le dije:

_ Padre, eres todo un Don Juan. No debiste ponerte tan rojo después de ese coqueteo de la joven mesera.
_ Jajajaja, ¿rojo yo? a mi edad no debo yo de interesarle a mujeres, y mucho menos a muchachas como ella. Jajaja al parecer es sólo coqueta por naturaleza, querida. _ empezó a comer de su sopa.

Mientras cogí la cuchara y empecé a moverle con ella a mi sopa, me puse a pensar sobre lo que me dijo Janeth, la única vez cuando fue a visitarme.
¿Será cierto que mi madre no esté muerta?
_ Eugenia _ dijo mi padre interrumpiendo mis pensamientos.
_ Mande.
_ ¿No piensas comer de tu sopa? La he probado y me ha parecido exquisita.
_ Sí papá, sólo que antes quiero decirte algo que últimamente he pensado mucho.
_ ¿Qué hija? _ Su cuchara la descansó sobre el paño que tenía a lado.
_ ¿Mi madre no podría estar viva?

 Después de lo que había mencionado los ojos de Larry se engrandecieron. Formó un gélido silencio que después me obligó a romperlo.
_ Papá, ¿no tienes nada qué decirme al respecto?
_ ¿Por qué preguntas eso? _ tomó el salero para su sopa.
_ El cuerpo de mi madre nunca fue enterrado. _ mencioné.
_ Precisamente porque el cuerpo se llevó al crematorio _me recordó. 
_ Y cómo puedes tú estar tan seguro que ese cuerpo pudo haber sido de mi madre. Si nunca fuiste a reconocerlo. _ empecé a enfadarme _ Pienso que te dejaste llevar de lo que te habían informado los supuestos investigadores, que el cuerpo se encontró y fue cremado cuando tú, ni si quiera habías solicitado ningún servicio y método funerario. 
_ Hija. En algo estás equivocada. 
_ No papá. De lo poco que conocí de las leyes de Francia, el solicitar que cremaran a mi madre sin autorización de nosotros puede que sea ilegal. ¿No recuerdas haber firmado unos papeles? Porque si es así, puedes explicarme y a lo mejor sí esté yo equivocada papá.

Mi padre fijó su mirada para comenzar a recordar. 

(Inicio del recuerdo) 

5 de enero de 1955

_ Esta madrugada el cuerpo de su esposa fue encontrado cerca del canal "Minut", Sr. Le Brun. 
_ ¿Y a dónde tengo que ir oficial para que pueda reconocerlo? 
_ No es necesario que reconozca el cuerpo, nosotros lo hemos comprobado por medio de la fotografía que usted nos mandó. 
_ Pero aun así tengo que comprobar por mí mismo si es el cuerpo de mi esposa o no.  
_ Se lo repito que no es necesario y debido que se encontró varios días después, el cuerpo se empieza apestar. Por lo que le sugerimos que firme los documentos en que usted solicite el metódo de cremar el cuerpo de su esposa. _ le entregó unos papeles en sus manos. 

Larry firmó los documentos, no muy convencido. 

(Fin del recuerdo) 

_ Ahora que lo recuerdo puede que tengas razón, pues nunca vi el cuerpo de tu madre y el que incineraron no me consta que haya sido el de ella. 
_ Ya vez papá. No sé por qué tengo el presentimiento de que mi madre podría estar viva, ¿no crees que alguien está detrás de todo esto? 

Se hizo un profundo silencio en ese momento. Mi padre quedó hundido en sus pensamientos y yo también, pensando en la posibilidad de volver a ver a mi madre. 

Continuará...

Sígueme por Facebook