Episodio 6
Narra omnisciente:
En una tarde nublada sin motivos de salir a ningún lado, Eugenia
se encontraba en su habitación aburrida y sin alegría alguna, mirando a la
única ventana de su nueva casa. Todavía la tristeza invadía su joven alma por
la pérdida de su madre.
Larry hacía
los viejos intentos de buscar empleo en el periódico más reciente, pero ninguno
anunciaba puestos disponibles de trabajo porque en la desconocida ciudad en que
se habían mudado era difícil encontrarlo.
Eugenia bajó
a la cocina a preparar un sándwich tostado que le había pedido su padre, fue a
sentarse al sillón con él y bebía un poco de agua en un vaso de vidrio. Después
apoyó su cabeza en el hombro de su padre,
y en la mirada de ella Larry encontraba a su hija decaída y desmotivada.
_ ¿Por qué no das una vuelta en tu vieja bici?
_ Sugirió el padre mirándola con una sonrisa. Los ojos de la hija miraron hacia
él.
_ Pero… el día…
_ No me gusta que estés aquí encerrada y mucho
menos verte sin hacer nada. _ Intervino su padre poniendo el plato sobre la
mesa _ Anda ve, toma las llaves de la casa y vete a conocer los alrededores. _
Le entregó las llaves en su mano, ella se enderezó para recibirlas.
_ Papá y si me extravío. _ Desconfió la chica.
_ Le preguntas a un policía de cómo llegar a
la calle Arnold Grove y ya, sólo que te voy a pedir un favor.
_ Aja, dime.
_ Ve a la panadería que no queda muy lejos de
aquí y trae un par de virotes y cinco bolillos.
_ Está bien, pero, por dónde me voy. _
Cuestionó la chica antes de abrir la puerta.
_ Pregunta a la gente que te encuentres por
ahí, de seguro te sabrán decir dónde queda la panadería más cercana.
Eugenia recibió
el dinero de su padre y salió de la casa. Montó su bici y por medio de la gente
que encontró en las calles para guiarla, por fin la panadería había encontrado.
Colocó su bici junto a un poste y le puso candado. Se había cruzado al otro
extremo de la banqueta y al mismo tiempo en que jaló la puerta hacia afuera
para entrar a la panadería, se oyó una voz femenina diciendo en una grabación
de la entrada “Bienvenidos a la panadería Penny Lane” y fácilmente Eugenia localizó desde la puerta los virotes y los
bolillos.
Por lo tanto Paul,
otro chico aburrido que caminaba con la cara abajo se dirigía de igual manera a
la misma panadería.
Narra Paul:
Hoy no quise
llevarle la contra a mi hermano menor Michael, hoy yo iba por el pan. Sé que
tanto como a mis padres como a mi hermano les extraña de que el hijo mayor Paul
McCartney (o séase yo), fuera por el pan.
Me habían
pedido catorce bolillos para la semana y fui, sólo que esta vez sin mi bici.
Cuando llegué
a la panadería vi salir a una chica peinada de una cola de caballo y media
robusta de cara muy seria, montando su bici con dificultad porque sostenía en
su brazo una pareja de virotes en una bolsa larga y gruesa de papel y en la
otra mano, llevaba el pan con un ticket sellado a la bolsa.
Me la quedé
mirando si es que podía irse en la bici sosteniendo las dos bolsas. El manubrio
le tembló un poco al principio, aunque sí pudo dar el impulso al pedal y se fue
alejando, pero me inquietaba aún la chica porque algunos carros pasaban y ella
no podía ver bien por los virotes que le estorbaban mientras ella manejaba.
Entonces un carro pasó y la chica por suerte lo desvió, pero desgraciadamente
al desviarlo pasó algo muy horrible.
Veía que
ninguna persona se le acercaba ayudarla y entonces ahí entre yo, corriendo
hacia ella para auxiliarla.
Ella lloraba
por el accidente que había tenido. Le quité la bici de encima de sus piernas, y
ella me decía que su pie derecho le dolía mucho a más no aguantar.
_ Tranquila_
le toqué la espalada suavemente _ trata de levantarte_ la miré con la intención
de que alzara su rostro.
Me tomó de
mis manos y muñecas para apoyarse y levantarse, pero por más que ella intentaba
ponerse de pie, no pudo.
_ Me duele
mucho _ Se quejó y la miré con sus ojos llorosos del dolor tan inmenso que
recibió la pobre chica después de haberse caído en una coladera destapada.
_ Ya no
intentes levantarte te puedes lastimar más _ En eso vi a un señor pasando y le
dije que de favor me ayudara a llevar a la chica a la banqueta, o si no iba a
impedir el paso a los demás carros.
Después llevé
su bici junto con el pan que traía, el señor se fue y no supe qué hacer con la
chica, si ahí dejarla y yo irme, o pensar en algo mejor para ayudarla.
_ Quédate
aquí sentada, voy hablarle a una ambulancia y también le voy hablar a mi mamá.
Ella es enfermera y te puede atender mientras llega la ambulancia. ¿Quieres que
le hable a alguien de tu familia? _ Fue lo que se me ocurrió decirle.
_ Sí, por
favor háblele a mi padre porque me duele mucho _ Respondió la chica tratando de
no derramar más lágrimas.
_ Dame el
teléfono y dime tu nombre para decirle que hablo de tu parte.
_ Me llamo
Eugenia Le Brun Arias y mi teléfono es 44824560.
Enseguida
busqué un teléfono más cercano y al no ver ninguno, volví a la panadería.
El encargado
de la panadería no quiso prestarme el suyo.
_ ¡Es una
urgencia! _ dije desesperado.
_ Está bien
niño _ dijo molesto _ tómalo con tal que cada llamada te la cobro a dos peniques.
_ Yo lo miré enfadado por su ambición del señor pero no me quedaba de otra.
Marqué
primeramente al teléfono de la chica antes de que lo olvidara pero en su casa
nadie contestó, así que llamé a una ambulancia. Después de llamarle pensé en
llamar a mi mamá que estaba más cerca y pudiera revisar a la accidentada.
_ ¿Bueno? _
Respondía la voz de mamá que conocía.
_ Mamá necesito
verte en la panadería.
_ ¿Paso algo Paul?
_ Con tono preocupante.
_ Sí, una
chica se accidentó y está grave su pie. ¿Podrías venir a revisarla?
_ Está bien
Paul, voy para allá. _ Después colgó.
Entregué la
cantidad que debía por las llamadas telefónicas y el señor todavía me cobró el
tiempo.
_ Pero si sólo
fueron unos dos minutos por lo que me tardé de las tres llamadas.
_ Lo que sea chamaquito,
pagas o no sales.
Salí muy
enfadado de la panadería ya qué el dinero que me dieron para comprar el pan tuve
que terminar gastándolo por las llamadas que hice pero al ver a la chica se me
olvidó el incidente, pues realmente me preocupaba el dolor que ella sentía.
_ Tienes fracturado
tu pie, te va tener que llevar la ambulancia.
Finalmente junto
con mi mamá y yo acompañamos a la tal chica llamada Eugenia dentro de la ambulancia
que había llegado.
_ ¿Pero mi
padre ya lo sabe? _ La chica enderezó un poco la cabeza mirándome para que yo
le contestara.
_ Llamé al teléfono
que tú me dijiste.
_ ¿Y marcaste
bien el teléfono Paul? _ Preguntó mi mamá.
_ Sí, fue el 44824560.
_ Sí que te
lo aprendiste _ Dijo la chica. Después acostó su cabeza y quiso aguantar el
llanto sin embargo lo estalló.
_ Ya no lo soporto,
como quisiera que esto no pasara. _ Lloraba y se quejaba a la vez.
_ Aguanta _
Cogí la mano de ella _ resiste, ya vamos a llegar. _ Apreté su mano y ella
igual apretó la mía. Empezaron a sudar pero a mí no me importaba, me importaba
que ella resistiera.
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Hola!!
Espero que les haya gustado el capítulo, me costó un poquito de trabajo
escribirlo y quise subirlo desde el viernes 13 pero ¡RAYOS! el tiempo me comió
y ya no pude subirlo, también quise subir un especial de George ya que fue su
Birthday el miércoles que pasó pero ni tuve la computadora y ni el internet a
mi alcance por la cual no subí. L Sin embargo ya estoy aquí y me da gusto que
más chicas ya se unieron, gracias en verdad. Sean bienvenidas.
SOFY!!!
Qué bueno que el fic te esté gustando, no olvides que aquí tienes una lectora
n_n que lee tus divertidos capítulos y que coincidencia la tuya y la mía porque al igual las canciones de la página me recuerdan mi dulce infancia.
NORA!!!,
me da gusto que leíste mis caps, y bueno, lo que escribo estoy cociente de que
no es original ya sea porque salen Beatles o porque la historia son de ellos
pero a mí me divierte y me gusta y me queda decirte que gracias por animarte a leerla.
LA
CHICA Thiara Godoy, muchas gracias por haber entrado, me hace muy feliz.
Disfruten
todas ustedes del Viernes Nocturno y diviértanse. ;)
Aaaaaaadiós
P.D:
Se pasó de lanza el señor de la panadería con el chiquillo Paul, jejeje.