Episodio 17
Narra Paul:
Los azotes del cinturón que recibí me dejó rojo mi
trasero.
Una fue por
haber mentido y la otra, la más dolorosa, por haberme robado el dinero ajeno.
Nunca tuve esa
mala maña de agarrar lo que no me pertenece, pero por el hecho de ver a Janeth
complacida lo hice y me valió.
Llegamos a
nuestro nuevo hogar, un barrio que tenía una arquitectura tipo victoriana, pues
todas las casas se veían del mismo estilo, sobrias, hechas de ladrillo rojo y
con tejado obscuro.
Las calles
eran tranquilas y solas, sólo se veía un carro en la esquina frente al banco,
seguramente del banquero.
_ ¡PAUL! _ oí
la fuerte voz de mi papá. _ ¡Ayúdame! _ me empujó dos maletas gordas.
_ Estas
maletas las llevarás arriba por lo mientras _ me entregó la llave y se fue con
el señor de la mudanza.
Abrí la puerta
y la empujé hacia adelante para poder arrastrarlas.
Me imaginé
francamente, que el interior de esta casa era más grande.
Hasta sus
escaleras eran estrechas.
Después de
varias horas en que nos llevó en meter cosas y muebles, salí por décima vez
para ver en qué más podía ayudarle a mi padre, pero él ya le había pagado al
señor de la mudanza por su servicio que había dado.
Sólo quedaron
unas dos cajas por meter. Eran más que nada, cosas de la cocina y algunos
cuadros de la sala.
_ Mamá, deja
que te ayude con esa caja._ quise cargar la caja de los cuadros mientras
Michael cargaba la otra caja.
_ No Paul, la
verdad no está pesada. _ se siguió y entró a la casa.
Me puse las
manos en la cintura y vi que ya no había nada que cargar.
En seguida mi
papá entró y cerró la puerta. Tal vez no se dio cuenta de que aún estaba yo
afuera.
Entonces me puse a observar las orillas de la casa, los pequeños
jardines que la adornaban.
Hasta que
presentí la presencia de alguien desde la otra casa de al lado.
Era una chica
bastante bonita. Sus ojos los tiene pequeños, su cabello es café y sus labios
son una belleza.
_ ¡Hola!
Disculpa si te sentiste observado por mí. _ Me regaló una sonrisa afable.
_ No,
descuida. Yo so-s-sólo veo los jardines. _ tartamudeé.
Pero qué me
pasa, yo no tartamudeo en frente de una chica. Ella se empezó
a reír.
_ No te pongas
nervioso. No te voy a comer. _ reía _ Yo vine para presentarme, es que me doy
cuenta que vas hacer mi nuevo vecino.
_ ¿Así? ¡Qué
Bien!
_ Soy Karla
Rogers. _ Me tendió la mano.
_ Paul
McCartney _ le respondí el saludo.
Crucé la reja
de mi entrada al igual que ella cruzó la suya. Y me cogió de la mano para
llevarme justo en medio de la calle.
_ Mira, el que tiene tejado rojo es mi casa. _ me
señaló.
_ ¡Vaya! Tienes más patio que yo. _ quise expresar.
_ No te preocupes, lo puedo compartir
contigo.
Salió un señor
desde su puerta color blanco.
_ El que está desde la entrada saludándote, él es mi abuelo. ¡HOLA
ABUELO! _ lo saludó. Su abuelo se veía amable como ella. Parecen ser buena
gente.
_ Puedes venir las veces que
quieras. Si necesita algo tu familia o tú, no sé, por ejemplo azúcar para su
té, mi abuelo y yo te regalamos. _ dijo ella.
_ Oye muchas gracias Karla. Eres muy amable.
_ No hay de
qué Paul. Somos vecinos ¿no?
_ Pues sí. Me
han tocado buenos vecinos _ me sentí bien a lado de esta chica.
Esa misma mañana...
Narra George:
No hay mejor lugar que el patio principal del hospital
para desperdiciar el tiempo de manera muy estúpida.
Si no tengo mi guitarra no tengo nada que hacer, ahora
detesto el hospital como la escuela porque no hago nada de provecho.
Sigo con la irónica idea que el mejor lugar del
hospital sin duda es su patio, claro, es muy divertido observar personas
enfermas y depresivas circulando el espacio, bajo a un sol muy escondido en las
nubes. ¡Pero sí la mañana está muy bien para salir!
Aja, sí claro…
Sentado en la orilla de la fuente que está en el
centro del patio se me hizo una hora entera, aunque sé que realmente se habrán
pasado unos cinco minutos pero para mí fueron largos y enternos.
Y entonces regresé, sin embargo desde el pasillo
veía a mis hermanos aún. Ahora se encontraban cerca de Eugenia mientras que
Harry hablaba como vieja con ella y Peter lo escuchaba, a la vez él arreglaba
mi guitarra.
“Me imaginé que Harry reparaba mi guitarra
pero no, prefiere incomodar a Eugenia_ pensé
Cómo hago que se vayan esos dos. Principalmente
Harry. Él es capaz de inventarle cualquier cosa a Eugenia, con tal de que la
ilusione conmigo. Cosa que no quiero, y menos con ella.
Narra Eugenia:
En la hora de
visitas del turno matutino, conocí a Harry, el hermano de Peter y George. Que
se me acercó hablarme. Era agradable, me platicaba de muchas cosas, sólo que ya
después empezó de una manera a incomodarme, porque me preguntó cuál era el tipo
de chico que me atraen.
No logré en
entender por qué quería saber eso.
_ Eugenia, entonces tu chico ideal sería uno que
tuviera ojos de color azul o verde, piel blanca, alto y cabello blando. ¿No es
así?
_ No necesariamente Harry. _ le respondí.
_ ¿Nunca has tenido novio?
_ De hecho, no. _ bajé la mirada. Y Peter lo notó.
Él estaba arreglando la guitarra de su hermano George.
_ Harry. Ya cambia de tema _ le pidió Peter.
_ ¿Te hice sentir mal acaso? _ Me preguntó Harry.
_ No, descuida _ lo miré.
_ Bueno, en qué estábamos. Haaa sí, bueno si dices
que no es necesario que te guste un chico rubio alto y ojos de color azul o
verde… ¿no te gustaría un chico que fuera un poco más moreno, con ojos cafés
igual que los tuyos, con un cabello más oscuro y un cuerpo mucho más delgado al
que te imaginas?
Me quedé en
silencio, ¿acaso Harry me estaba describiendo a George?
_
Eugenia…responde.
_ Harry…
_ ¡Qué Peter! _
volteó Harry hacia atrás. Ellos dos no se esperaban ver a alguien.
Recuerdo que
Harry se llevó una gran sorpresa al ver a mi papá en frente de mi cama. Los dos
se avergonzaron, más Harry y fue el primero en que se retiró de la estancia, en
seguida fue Peter.
Mi padre se
les quedó mirando extraño.
_ ¿te
estaban molestando esos dos? _ me
preguntó viéndolos como se iban.
_ No papi,
descuida. Gracias por haber venido _ lo saludé de beso en la mejilla _ llegaste
en el momento en que ya te necesitaba. ¿Por qué no veniste ayer?
_ Pues he
tenido cosas que hacer. Pero vengo a decirte que he encontrado un colegio en
que estoy seguro que te agradará.
_ ¡Eso es
genial papá! _ Lo abracé.
Narra
George:
Al
papá de Eugenia lo vi entrar. Llegó demasiado tarde a la visita pero lo bueno
es que mis hermanos al ver al señor, ellos como liebres huyeron del gran cazador
y dejaron en paz a Eugenia.
El señor se les quedó viendo a mis hermanos con
una cara muy extraña.
Me dio risa.
Los vi saliendo en el pasillo.
_ Jajaja, con que así se salen _ les dije en una
risa notable.
_ Pues es que te fuiste. _ dijo Peter.
_ Y yo gallito, yo quería conocer a mi cuñadita
jajaja _ me alzó las cejas Harry.
_ Ya vete
Harry, sólo vienes a causarme molestias, ni si quiera vi que arreglaras mi
guitarra _ dije después de quitarle la guitarra a Peter.
_ Sí, ya me voy. _ se fue.
¡Al fin se había ido! pero Peter es el que quedaba
ahora. Le pedí que también se fuera pero él dijo:
_ Faltan diez minutos para que acabe la visita.
_ No importa, así llegas temprano a casa.
Peter no dijo nada y antes de que se fuera le
agradecí por haber arreglado mi guitarra. Él sólo se fue.
Choqué con el papá de Eugenia al momento en que
entraba a la estancia para irme a la cama.
_ Oh, lo siento, señor. _ me sentí apenado.
_ No te preocupes hijo _ me sonrió y se fue.
Al parecer su papá tenía demasiada prisa.
Después vi a Eugenia escribiendo muy contenta en
una libreta.
Me acerqué muy lentamente a su camilla a sentarme.
_ ¿P-p-por qué estás así de contenta?
“Mierda, me puse nervioso”
_ Porque mi padre, a pesar de que se tuvo que ir
pronto, me dio una gran noticia. _ cerró su libreta en la que estaba
escribiendo.
No me esperé su tono de voz, sonó bastante
tranquila y ligera.
_ Ah, ya v-veo. _ me sentí cortante pero no quise
preguntarle. Se pudo haber molestado.
_ ¿Y tú? Dónde estuviste. _ me preguntó después de
un silencio.
_ Allá afuera, ya que me guitarra se había roto me
fui a dar vueltas por el patio.
_ Pero tu hermano Peter yo vi que la arregló. La
puedes volver a tocar. _ me sonrió, ésta vez lo hacía amigable, diferente.
Me animé a decirle:
_ Pensé que me ibas a ignorar o a decirme las cosas
con enojo.
_ No, por qué lo haría.
_ Por lo que ya sabes, te he hecho sentir mal a veces.
_ Pero ahora sé que no lo vas a volver hacer porque te
perdoné. Así que tranquilo, podemos llevarnos mejor. _ me tocó la mano. No
tenía nada que decir, sólo sé que me perdía en sus ojos.
Paso una semana aproximadamente, era 28 de agosto, la
mañana se veía fría y triste, me levanté como todos los días y miré hacia la
cama de Eugenia, la cual ya estaba tendida. Eugenia no se encontraba y su padre
estaba sentado en el sillón de las visitas, leyendo su periódico. Esto me
extrañó el verlo tan temprano, sin embargo lo saludé y me fui a bañar.
Cuando regresé en bata y sacudiéndome el cabello
mojado con otra toalla, observé desde la ventanilla que ya estaba vestida
Eugenia con una falda de cuadros color café con verde y una blusa color beige.
Me pregunté ¿acaso ya se va Eugenia y no me dijo nada?
Vi a su padre como que volteó a verme y algo le dijo a Eugenia que no alcancé a
escuchar, ella volteó a verme y me sonrió, su padre le dio una palmada en la
espalda y se alejó. Ella se dirigió a mí y me saludó como siempre muy amable,
no le respondí, sólo la miré molesto.
“Por qué se tiene que ir precisamente ahora que nos estábamos
llevando mejor y convivíamos más”
_ ¿Te pasa algo? _ no le respondí.
_ ¿Acaso estás enojado? _ me dirigí a mi cama sin
verla.
Ella me siguió hasta mi cama y me dijo:
_ No sé qué te pasa, no cambias. Como siempre no me
contestas, eres un grosero, me das la espalda, ni porque es el último día que
estoy en el hospital, pero en fin, sólo quiero darte las gracias por tu compañía
y el tiempo que me diste en algunos momentos para platicar conmigo. Anoche
escribí esto para ti _ giré hacia ella y me entregó un papel doblado _ espero
que lo leas y comprendas lo que quiero decirte en él.
_ No me interesa lo que diga tu papel _ sin embargo
tomé el papel y lo aventé al suelo.
Ella se había desvanecido por completo pero con su enojo se resistió.
_ Si quieres rómpelo, adiós _ se marchó.
Quise detenerla,
en verdad lo quise hacer pero no quise despedirme de ella ni mucho menos que
ella se fuera.
Se había ido.
No la vi más.
En la noche...
Me acobijé con
las sábanas después de ir a lavarme los dientes en el baño.
Cuando contemplé mi
mirada a la camilla donde ella solía dormir y estar, me sentí afligido y solo. Ya
no tenía nadie con quien platicar, o con quien pelearme a la hora de apagar la
luz de la lámpara, o molestarla como solía hacerlo todos los días.
Me sentí
arrepentido. No debí comportarme así con ella, por qué lo hice.
El papel
finalmente lo había guardado en el cajón del buró.
Narra omnisciente:
Tomó la carta
que le dejó Eugenia y empezó a leerla.
27/08/1955
“Todos han escogido cuando levantar o no las voces, eres tú quien decide.El camino que tomarás, mientras sientes que este amor no te preocupa, eres tú quien decide.Nadie a tu alrededor va a cargar con tu culpa.
Nadie a tu alrededor va a quererte hoy, y a lanzar todo por la borda.
Mañana cuando te despiertes otro día para que me tomes en cuenta o me rechaces de nuevo.
Ahí donde los días comienzan, me tendrás preguntándome como perdí tu amistad pero lo veo en tus ojos. Y aunque esté a tu lado no puedo cargar con tu debilidad.
Puedo decidir si me iré con tus bendiciones o suposiciones.
¿Qué tan alto saltaras?¿Sera suficiente para poder cosecharlo?
Sólo tú llegaras al final que tú creaste. Con nadie más que tú mismo para ofender.Eres tú quien decide.”Eugenia.
Conforme iba recorriendo las líneas de aquélla carta su expresión iba cambiando y volvía a releer las líneas.
Al terminarla
de leer pensó…
“¿Qué me habrá querido
decir Eugenia en esta carta?
¿Habrá leído el papel que yo
una vez escribí?
¿Se habrá dado cuenta? Ah,
no sé qué pensar”
George dejó la
carta a un lado y trató de conciliar el sueño sin embargo en su cabeza seguía
pensando en Eugenia, pensando en si ella se había dado cuenta de sus
sentimientos que nunca él expresó y que al contrario siempre lo ocultaba con el
rechazo hacia ella.
No podía
dormir. Se volteaba de un lado, se volteaba del otro. Se ponía la almohada y no
conciliaba el sueño.
Desesperado en
la almohada se sentó, se levantó, se volvió acostar.
Estaba profundamente
inquieto y pensando en Eugenia.
Continuará…
♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦
Hola a todas :D
Ayer estaría cumpliendo 75 años de aniversario John Lennon. Pero si lo sabían Sean, también nació un nueve de octubre pero del año 1975 y ayer cumplió ¡40 AÑOS!
Espero subir pronto, porque aparte de que ya conocieron a la nueva chica que estará participando en mi fic (que también fue su cumpleaños ayer, ¡feliz cumple Karla, ojalá te la hayas pasado muy bien!) también quiero decirles que en el próximo cap saldrán más nuevos personajes, ¿quisieran saber quiénes serán?
Bueno chicas, yo me despido con esta imagen.
¡Tengan un buen fin de semana!
Hasta luego.